Como manejar en la nieve (Invierno)
Acompañar a Dale Jr. mientras quema neumáticos a 200 mph en una carrera NASCAR o cruzar caminando la autopista en mitad de la noche quizás sea más seguro que conducir en invierno, especialmente después de una gran tormenta. Los automóviles pierden adherencia, algunos conductores se arriesgan estúpidamente, la visibilidad es casi nula por la nevada horizontal, y todo este lío se convierte en una carrera de accidentes gracias a la lluvia helada.
Si bien se puede usar el auto lo menos posible, aplazando los viajes al supermercado o quedándose a cenar en casa, siempre hay situaciones en que es inevitable manejar con mal tiempo. Para estos casos, el truco consiste en dominar el arte de sortear las condiciones peliagudas y llegar a casa con el auto y el cuerpo sanos y salvos.
Por lo tanto, te ofrecemos algunos consejos para manejar en invierno sin peligros. Cinturones de seguridad, por favor…
# Mantén una distancia prudencial para maniobras evasivas y evita los giros bruscos. Cuando en invierno los caminos se cubren de arena, nieve, aguanieve y hielo, no hay vehículo que no pierda adherencia, lo que significa que se necesitará mayor tiempo y distancia para frenar o cambiar de carril. Estate atento a lo que pasa adelante y mantente preparado para cualquier percance reservándote siempre una solución de emergencia.
# Debes conocer las limitaciones del auto. Si en vez de neumáticos para nieve, un automóvil liviano tiene neumáticos normales para todos los climas o de alto rendimiento, le costará más agarrarse sobre nieve o aguanieve. Además, a los autos de tracción trasera con poco peso sobre el eje motor les cuesta un poco lograr adherencia, y todos los vehículos de tracción trasera tienden a derrapar (mover la cola de un lado a otro), a menos que estén equipados con control de tracción. Estate al tanto de estas situaciones y toma los recaudos correspondientes.
# Acelera con suavidad. Si pisas a fondo el acelerador sólo lograrás hacer patinar las ruedas, y el resultado será un auto que no se mueve hacia ningún lado o quizá se salga de control. Si aceleras suavemente, conseguirás un arranque suave y lento.
# Si estás a punto de hacer una maniobra dudosa, no la hagas. Precipitarse por las calles o efectuar adelantamientos rápidos en invierno pocas veces termina bien. Aún no se ha demostrado que valga la pena terminar con todos los huesos rotos al tratar de cruzar desesperadamente una bocacalle sólo por unos cuantos segundos menos de viaje.
# Quita la nieve y el hielo del auto antes de partir. Muchos conductores no se toman el trabajo de limpiar las ventanillas, la luneta trasera y todo el parabrisas. Mientras se calienta el auto, enciende los desempañadores y tómate unos minutos para despejar la nieve y el hielo de las ventanillas. Además, si quitas la nieve de la capota, evitarás que vuelen copos de nieve hacia el parabrisas mientras manejas, contribuyendo a mantener una buena visibilidad. En caso de heladas con lluvia o nieve, puedes levantar los limpiaparabrisas para evitar que se peguen al cristal helado.
# Mantén las luces exteriores limpias. Con toda la suciedad del camino, las luces exteriores no alumbran bien. Lleva una toalla o un trapo (un pañuelo de papel con un poco de nieve también sirve) para limpiar las ópticas delanteras y traseras cuando haya poca visibilidad.
# Mantente alerta a los cambios en las condiciones del camino. En condiciones frías y húmedas, los puentes se congelan antes que las calles y pueden ser muy peligrosos. Y en épocas de frío intenso, se pueden formar acumulaciones de escarcha que crean grandes irregularidades en el camino donde antes no había ninguna. En estos sectores también se pueden crear baches que eventualmente provoquen un daño en la suspensión o incluso un reventón, ocasionalmente con la pérdida de control del vehículo.
# Sé inteligente al volante. Los conductores deberían ceñirse a caminos familiares y bien conocidos. Una noche de nieve es el peor momento para descubrir las calles de la ciudad. Además, debes estar preparado para tomar una calle distinta en caso necesario, pues quizás no hayan limpiado las calles del recorrido diario o alguna puede tener una pendiente abrupta y traicionera. Por último, los conductores experimentados no deberían confiarse nunca ni tornarse complacientes; hasta los más veteranos conductores, con más de 40 inviernos encima, pueden terminar en la cuneta.