El Ford Súper deLuxe de 1948
La filosofía original de Ford, basada en la idea de construir autos buenos, bonitos y baratos, obsequió al mundo una legión de vehículos entrañables, diseñados en acero y capaces de soportar durísimas jornadas de trabajo, recorridos extenuantes y el inclemente paso de los años, conservando su línea duradera y su acero, inolvidable.
EI ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial significó, para los principales fabricantes de automóviles de ese país, el inicio de un periodo en el que todos sus esfuerzos se canalizaron en la fabricación de motores y vehículos de guerra. Ford Motor Company no estuvo excluida de esta regla, ya que en 1942 Edsel Ford hijo de Henry inició un ambicioso programa bélico que detuvo la construcción de autos civiles para destinar todos sus esfuerzos y recursos a la fabricación de 8600 motores para bombarderos, 57 mil propulsores para aviones de combate, además de un cuarto de millón de jeeps, tanques, destructores de tanques y otras piezas de maquinaria bélica.
Fueron años de extraña actividad en las enormes fábricas de Detroit. Con el tumulto de la guerra, los diseños que Ford había programado para los años cuarenta quedaron relegados en las mesas de diseño, durmiendo un sueño apenas interrumpido por las noticias que llegaban de la guerra. La locura bélica terminó al mismo tiempo que la guerra, y el espíritu triunfalista se apoderó de los ingenieros de Ford que, basándose en diseños anteriores, retomaron los planos dormidos para renovar y mejorar su nueva línea de vehículos, añadiéndoles conceptos aerodinámicos e innovaciones técnicas destinadas a captar al peregrino mercado de vehículos civiles, ansioso de novedades.
Y en plena apoteosis bélica, Edsel Ford murió en 1943, justo cuando su programa de guerra alcanzaba su máxima eficiencia su padre el legendario Henry Ford reasumió la presidencia hasta el final de la Segunda Guerra pero, una vez que ésta culminó, nombró al más joven de sus nietos, Henry Ford II, como el nuevo presidente de la descomunal empresa.
El 21 de septiembre de 1945, el nieto de Ford condujo la primera línea de ensamblaje de post guerra, con miras a reorganizar y descentralizar la compañía. En efecto, tras haber perdido varios millones de dólares, las posibilidades de Ford para recuperar su prestigio requerían una reestructuración empresarial, la misma que hubiera sido insuficiente sin el lanzamiento de una nueva línea de vehículos, uno de los cuales fue el exitoso Ford Súper de Luxe el gran protagonista de este articulo.
De Luxe
Basado en el carismático Ford de 1939, el Súper de Luxe, como su nombre lo indica, incluía una buena cantidad de accesorios de lujo, pero se trataba de un auto para las mayorías. Equipado con un impresionante V8 de 3400 cc, capaz de entregar 110 caballos de fuerza, el Súper de Luxe se ofrecía en dos versiones: convertible y coupé.
El motor de este Ford dispone de dos carburadores, dos tapas de culata y un eje de levas especial que explica la potencia con que se trasportaba por las calles de las ciudades imponentes en 1940, la transmisión de este convertible es suave y efectiva, mientras que la suspensión, conformada por muelles traseros y delanteros, además de los amortiguadores de brazo.
Tapizado en fino cuero, el interior amplio y confortable. Cinco pasajeros se acomodaban dentro de la cabina con toda la comodidad del mundo, mientras el piloto contaba con un eficiente tablero de mandos con indicadores de temperatura, aceite, carga de batería y generador, además de un simpático velocímetro y un odómetro que hacían juego con el radio de tubos.
Aunque los modelos actuales sean mucho más deportivos nadie puede quitarles crédito a estos carrazos que marcaron toda una época.