Qué pasa con una suspension dañada
Hay que tener en cuenta que uno de los mayores peligros de la carretera es la costumbre. Cuando los amortiguadores están desgastados, el conductor puede llegar a acostumbrase al comportamiento del vehículo en ese estado, ya que el desgaste se produce de manera lenta y progresiva. Por esta razón hay que tener mucho cuidado. Una de las principales consecuencias de llevar los amortiguadores desgastados es la pérdida de estabilidad del vehículo. Se producen peligrosos balanceos que pueden hacer salir el auto de la carretera; incluso el control de estabilidad puede funcionar de forma deficiente, y sistemas como el ABS pierden eficacia debido a que el neumático puede llegar a perder el contacto con el asfalto.
Otro aspecto importante sobre el que incide el desgaste de las suspensiones es la distancia de frenado. La suspensión no sujeta bien el auto y se producen más inercias, con lo que la distancia de frenado aumenta hasta en 2,5 metros si se circula a 100 km/h. En días de lluvia también aumentan el riesgo de aquaplanning y, en calzadas irregulares, el funcionamiento incorrecto de las suspensiones provoca que los faros delanteros vibren en exceso, con la consecuente molestia para los conductores que lo preceden.
Si ninguna de estas razones sirve para convencerle de la necesidad de cambiar la suspensión, hay algo que no falla: el dinero. Unas suspensiones mal ajustadas provocan el desgaste prematuro de los neumáticos, lo que hace que se deban cambiar prematuramente. De hecho, su vida útil puede verse reducida hasta en un 20%.